Esta eco-región se encuentra principalmente en Brasil, ocupando alrededor del 22% de este país, extendiéndose además hacia el este de Bolivia y el noreste/centro de la región Oriental y el extremo norte de la región Occidental en Paraguay.
El cerrado se caracteriza por un conjunto de sabanas, pastizales naturales puros (campos limpios), pastizales naturales con algún grado de cobertura leñosa (campos sucios y cerrado sensu stricto) y bosques secos de altura media/baja (cerradones), abarca casi 2 millones de km2. En nuestro país encontramos a ecosistemas propios del cerrado en los departamentos de Concepción y como islas naturales en Amambay, San Pedro, Canindeyú, Caaguazú y Alto Paraguay. Esta eco-región se caracteriza por una rica fauna y flora, un centro de endemismo de flora debido a factores como el escaso contenido de nutrientes, alta concentración de metales pesados, la quema periódica de los campos, entre otros.
Algunas especies características del cerrado son el karovaí (Jacaranda decurrens), el palo de vino (Vochysia tucanorum), el jata’i pony (Allagoptera leucocalyx), etc. El cerrado es también el hogar de especies de aves endémicas y amenazadas como el ynambu’ i pyta (Nothura minor) y el yvyja’u moroti (Eleothreptus candicans).
Esta eco-región es considerada como un Hotspot a nivel mundial, por presentar elementos únicos y prioritarios para la conservación. El mismo ha perdido alrededor del 70% de su cobertura vegetal original, contando únicamente con menos del 2% de su territorio protegido en parques nacionales o reservas. Las causas principales de esta pérdida son sobre todo la expansión de la agricultura (sobre todo de monocultivos), la ganadería y la quema de la vegetación para la elaboración de carbón.